Mide el potencial de tu empresa a partir de la decepción de tus empleados

Generalmente las empresas se miden de manera directamente proporcional a sus atributos más importantes. Las buenas empresas son potentes, flexibles, innovadoras, ... las malas son monolíticas, monopolísticas, arcaicas, ... a veces se utilizan atributos teóricamente negativos para buenas empresas, como que tal empresa ahoga tal mercado, pero si la empresa se considera buena, es como una excusa... "claro, es que cómo lo va a hacer si no".

Sin embargo, en algunos casos es útil utilizar atributos teóricamente negativos como métrica del éxito de una empresa. Es como cuando un jefe o un militar es temido por sus empleados o inferiores. ¿Le temen porque es malo o porque es directo y va al grano?

En este artículo, Bob Sutton discute la necesidad de que las grandes empresas fomenten la generación de buenas ideas... pero que para tener éxito, muchas de ellas han de ser bloqueadas y no ser tenidas en cuenta. Esto puede provocar frustración a algunos, y que abandonen la empresa pensando que su esfuerzo no es reconocido. Pero, haciendo uso de la ley de los grandes números, si no se pierde a los que generan las mejores ideas, es un proceso normal y en algunos casos adecuado al éxito necesario de una empresa innovadora. Al menos, es mejor que intentar albergar y dar cobijo a todas las ideas, provocando una parálisis ejecutiva.

Aplicado a un producto, es muy importante que no todas las características que "podrían estar", estén, pues si todas están, las realmente útiles pierden su sitio y su valor.

Comments

Anonymous said…
Opino lo mismo, me parece que el capital intelectual de una empresa se compone de las creaciones de los empleados que han podido innovar un modelo que genere un éxito en mercado, aunque sea a costa de no poder anidar el resto de creaciones intelectuales de aquellos empleados que tomaron la decisión de abandonar su empresa por falta de reconocimiento. En realidad, las empresas han de cuidar y generar un modelo agregador del potencial intelectual, una inteligencia colectiva que a pesar de que un empleado abandone la empresa, la idea permanezca en la red de la inteligencia colectiva que facilite la regeneración de nuevas ideas a partir de ella; sería como una primera pieza del puzzle.
Justo Hidalgo said…
Gracias por tu comentario, Luis. Sin duda, eso sería lo ideal. Sin embargo, la mayor parte de las veces ese conocimiento, o no sale de la cabeza de esas personas, o no es adecuadamente almacenado y combinado, ya sea por poca organización o falta de recursos. Las ¿nuevas? herramientas colaborativas permiten eliminar excusas baratas del tipo "es que es muy caro", pero siguen existiendo limitaciones de organización y gestión de esa información.
Anonymous said…
Gracias Justo,
efectivamente el modelo de la gestión de la inteligencia colectiva, a través de herramientas 2.0 y modelos de agregación de información mediante mashup y servicios web semántica, que filtre ese conocimiento orientado bien al usuario o a la empresa, es un camino que las empresas deberán si o si prepararse ... caro¿? depende de cómo se explique la rentabilidad, el poder del conocimiento puede multiplicar los negocios y beneficios..