Un resumen personal de la conferencia Tools of Change

Mis amigos de Creamebooks me han pedido un resumen de la conferencia Tools of Change, organizada por O'Reilly en Nueva York cada San Valentín. Y respondo a su petición con este post, aunque con algunas premisas.

La primera, que sólo puedo hablar de lo que he visto. No he asistido a todas las charlas, y me he saltado categorías enteras (p.e. ha habido mucha discusión en el ámbito de la educación, y había muchos talleres técnicos, a los que no he asistido). La segunda que, evidentemente si tengo una empresa que intenta demostrar que un modelo de suscripción es posible, me voy a sentir atraído por todos aquellos locos que intentan cambiar las cosas que no creen que funcionan bien ahora, lo consigan o no. Por último, que a veces tuve que desconectar de sesiones por trabajo, así que puedo haberme dejado en el tintero algún punto importante.

Sesiones principales

Las sesiones principales de inauguración  del TOC se centraron en lo que nos depara el futuro. Creo que en un día conocí a más "futuristas" de título y tarjeta de los que había visto en toda mi vida (quizá porque no conocía a ninguno :) ). Tim O'Reilly centró el tono de la conferencia con su estilo optimista y pragmático al mismo tiempo. Tuve la suerte de poder pasar un rato charlando con él hace un par de años y me parece un ejemplo paradigmático de cómo el fundador de una compañía propaga su estilo al resto de la organización.



En las de clausura hubo algún momento interesante, como la charla de Jeff Jaffe, CEO de la W3C (organismo de estandarización de la world wide web) que habló de cómo el mundo editorial y la web han de colaborar de manera bidireccional. Anuncios como que O'Reilly soporte EPUB3, o que la propia W3C tuviese un taller de trabajo el día antes de TOC, aunque abren algunas incógnitas (hubo un panel sobre HTML5 vs EPUB3 que me perdí y que espero ver en cuanto los vídeos estén listos), también demuestran cómo algunos visionarios como Hugh McGuire o Liza Daly iban por el buen camino.

Y fue un verdadero placer poder ver y escuchar a Mark Waid, un guionista legendario de comic-books (Kingdom Come, Flash, Capitán América). Un tío que seguramente podría seguir con sus guiones "mainstream", y que sin embargo busca nuevas formas de comunicación utilizando nuevas tecnologías, como su nuevo proyecto, Thrillbent. Qué grande.

Suscripciones

Obviamente es uno de los temas que más me interesaba. Sin meterme en detalles, lo que está claro es que el concepto de suscripción ya ha calado en el mundo editorial más allá del mundo educativo y técnico. Ejemplos como Byliner (un impresionante servicio de suscripción de historias cortas de autores muy conocidos, como Margaret Atwood que ya ha atraído a gran cantidad de lectores) o Atavist (creadora de la app de lectura de TED Books) lo demuestran. Valobox fue una de las empresas finalistas en la competición de startups. Y el panel en el que participé representando a 24symbols junto con Skoobe (servicio de suscripción en Alemania) y Safari (el servicio señero de suscripción de textos técnicos) muestra esa tendencia también con modelos genéricos de suscripción. Evidentemente esto no se consigue en un solo día pero nos acercamos cada día gracias al apoyo de las editoriales y de los usuarios y lectores.

Con respecto al año pasado, el cambio con respecto a estos modelos de suscripción, y a la lectura "en la nube" (sin necesidad de descargas, leyendo vía internet) es que ya se ve como algo normal. Hay tecnología, servicios y productos que ofrecen estas capacidades con una gran calidad.

El nuevo tipo de autor

Mucha gente empieza a ver cómo será la relación entre editoriales y autores en los próximos años. Al escuchar las diferentes charlas del "Author (R)evolution Day", me vino a la cabeza un futuro que después escuché explícitamente en boca de Douglas Rushkoff. Me resulta muy parecido a lo que es la industria de la televisión en la actualidad: tres o cuatro grandes "productoras" que se encargarán de los grandes hits (Rushkoff menciona que serían obras como la biografía de Hillary Clinton, o la de Steve Jobs), editoriales de nicho pero muy potentes (las O'Reilly, Harlequin, etc., como si fuesen algo parecido a HBO, salvando distancias) que son las que realmente publicarán las historias y libros de calidad, y luego autores que se autopublicarán de manera prácticamente independiente o con ayuda de pequeñas editoriales boutique. Evidentemente esto es un ejercicio de prospección basado además en los comentarios de los asistentes al evento, y puede cambiar mañana. Pero resulta lo suficientemente interesante como para seguirlo con atención.



Como decía, se dedicó toda una jornada al "Author revolution day", donde se vio que cada vez más autores son capaces de escribir su obra, utilizar herramientas como Inkling Habitat o Pressbooks para editarla, publicarla y viralizarla,  contratando servicios externos cuando lo necesiten (corrección de estilo, etc.) Y ahí el papel de las editoriales y los agentes cambia totalmente. Agentes como Jason Allen Ashlock no están esperando y ya se ocupan de sus autores aprovechando estas nuevas oportunidades. También me gustó, como siempre, escuchar a Dana Newman hablar de los conceptos básicos de copyright y derechos editoriales. Fue divertido cuando uno de los conferenciantes que hablaba sobre marketing para autores tuvo que ir asistente por asistente cinco minutos antes de su intervención pidiendo que devolviésemos la copia del libro que habíamos cogido a la entrada... resulta que no eran de regalo, pero no había estado atendiendo la mesa... ¿sería una estrategia de venta? Conmigo no funcionó ;)

El papel de las startups en el mundo editorial

Ha habido mucha discusión alrededor del papel de las startups en el mundo editorial. Desde gente que opina que el concepto de startup pura (empresa de rápido crecimiento) no tiene cabida en una industria que se mueve a otra velocidad, hasta aquellos que abogan por una mayor relación tanto colaborativa como incluso de inversión entre editoriales y estas nuevas empresas. Tras TOC ya ha habido anuncios de incubadoras de startups por parte de Pearson o Kaplan. Como sabeis lo que me seguís, mi punto de vista es un poco diferente a que editoriales concretas incuben a sus propias startups, aunque todos los enfoques son compatibles, pues cada startup se centra en mercados diferentes (empezando con que no se puede comparar una startup B2C con una B2B).

Creo que ninguna industria puede volverse loca con lo de "invertir" en startups. Es como invertir "en bolsa". Como concepto, no vale nada, lo que importa es saber en qué compañías invertir, y el riesgo que conlleva. Pero tampoco se puede cometer el grave error de pensar que nada de lo que viene de fuera vale, ni que nada de lo que no encaja con lo que hay ahora puede funcionar. Desgraciadamente hay gente en todas las industrias que se encuentra muy cómoda en su "hueco". Y luego es demasiado tarde.

TOC tuvo un concurso de startups como he mencionado antes. Pero quiero mencionar a una compañía que me gustó especialmente. Paperight es una empresa surafricana cuyo fundador se dio cuenta de que había extensas zonas en ese país sin acceso a libros. Y para resolverlo, se le ocurrió algo brillante: utilizar las copisterías locales para imprimir los libros que quiere la gente. Perfecto para usuarios, para la economía local, y para las editoriales. Tuve la suerte de que Anna, de Valobox, me presentase a Arthur, el CEO de Paperight, y es de estas personas cuya pasión va más allá de las palabras. Les deseo mucho éxito.

También pude asistir a unas cuantas sesiones que, de manera más o menos explícita, hablaban de conceptos "Lean" aplicados al mundo editorial. El año pasado se habló mucho de que un libro era como una startup, pero creo que este año ha quedado claro que NO lo es ;) Pero sí que metodologías ligeras en la publicación y evolución del libro pueden ser, en algunos casos, muy útiles. Es lo que aboga Peter Armstrong con su LeanPub, o lo que, de alguna manera, comentaba Eve Bridburg al explicar cómo trabaja con autores que quieren sacar un libro. Mientras Porter Anderson conversaba con Eve, no paraba de pensar que, realmente, lo que estaban planteando era un plan de negocio, con un formato que bien podría convertirse en un Lean Canvas. Con la diferencia que en algunos casos, el objetivo de escribir un libro no es ganar dinero.

El libro como servicio

Desde que empecé en esta aventura loca, he tenido una visión en la cabeza, que en su momento denominé "Books as a Service". Es genial ver que uno no está solo, y que gente con más experiencia y años en el mundillo ya le estaba dando la vuelta a estos temas. En los últimos meses, gente como Hugh McGuire, Liza Daly o Pablo Defendini han escrito o hablado sobre la idea de que una vez que el libro "está en la nube" (ya sea porque es web, como defiende Hugh, o porque hay manera de acceder a su contenido, como lo pienso yo), puede ser accedido de formas muy diferentes, y dar entrada a posibles servicios potencialmente geniales. SmallDemons es un ejemplo de lo que se podría hacer, pero se me ocurren muchísimos más. Hugh y Alistair Croll impartieron una de las charlas más vivas de la conferencia, sobre este tema.

Los que saben más de esto

Me salto muchas cosas. Charlas de café (casi siempre las más interesantes), temas concretos de interés, etc. Así que para finalizar, recomiendo los comentarios de algunos periodistas y expertos del mundo editorial, con más foco en tener una visión global de la conferencia:
Bueno Fabián, David, espero que os haya sido útil ;)

Comments

ha resultado mas que útil. conocer de primera mano algo que se cuece en un sector que te gusta, y al otro lado del charco, siempre es enriquecedor.

es una pasada tu post Justo, siempre útil y didáctico sin perder la sencillez.

gracias de verdad.

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