Paju, la ciudad de los libros

Paju Bookcity es una ciudad al norte de Seúl, Corea del Sur. Como su nombre ya indica, fue creada en los años 90 por el gobierno surcoreano como centro neurálgico del mundo editorial. Seúl estaba ya demasiado congestionada -es la segunda mayor megalópolis del mundo con más de 10 millones de habitantes- y el espacio al norte de la ciudad es, por razones que quedarán evidentes en un momento, mucho más barato y asequible.

El pasado mes de octubre visité Paju al ser amablemente invitado por su organización para impartir una clase de Innovaxion en el mundo editorial, dentro de su escuela anual de editores, que celebraba su segunda edición. Viajar a Seúl son unas doce horas, más una adicional en coche para llegar a Paju. Pero merece la pena.



Porque ir a Paju Bookcity es como entrar en otro mundo. Una ciudad creada específicamente para el mundo editorial, de manera artificial, es un experimento único. Y como tal, tiene sus luces y sus sombras. Sus luces son evidentes: casi todo el ecosistema se encuentra en un único sitio, desde las empresas de impresión hasta las de digitalización. Tiene museos de tipografía. Edificios diseñados por grandes arquitectos. Y los fines de semana sus bibliotecas se llenan de familias. Es bastante impresionante ver una enorme biblioteca del hotel de huéspedes donde se celebró el evento, y donde me alojé, repleto de niños leyendo cuentos, o llegando emocionados tras visitar el museo de Pinocho que está justo enfrente.





Por supuesto, tiene sus sombras. Una ciudad fantasma que cada noche se queda totalmente vacía, pues la única zona de alojamientos está pensada solo para ejecutivos de las compañías que pueden permitírselo. Pero que sin embargo tiene a gente trabajando/estudiando todas las noches en la biblioteca (¿sería un hagwon? No lo sé). Muchas empresas editoriales que deciden irse porque sus empleados prefieren quedarse a vivir en Seúl y, o llegan tarde o sencillamente buscan otra cosa. Y, por mi parte, la sensación de que vivir de manera endogámica tiene sus problemas.


Además, Paju se encuentra a escasos cinco kilómetros de la zona desmilitarizada, la DMZ. Dos con cinco kilómetros de ancho y cientos de largo que separan las dos Coreas, dos países que siguen técnicamente en guerra desde los años 50 , pues Corea del Sur no llegó a firmar el armisticio. Es, por tanto, un emplazamiento altamente estratégico desde un punto de vista militar, pero también cultural.




Por otra parte, pocas veces me he sentido mejor tratado que en esa ciudad. Imagino que es la mítica cordialidad asiática, pero la organización fue sencillamente increíble, yendo, como se suele decir, mucho más allá del deber. Los profesores extranjeros (tres británicos, un americano y el españolito) bromeábamos entre nosotros diciendo que tras esta experiencia no sabíamos si podríamos volver a estar solos sin que nos ayudasen a pedir la comida, cruzar la calle o comprar un café. Ha pasado un mes, estoy recuperado ;).




Profesionalmente, el interés por 24symbols y, en general, por la importancia de las nuevas iniciativas existentes en el mundo editorial, fue muy alto, aunque todavía no hay muchas editoriales que hayan apostado totalmente por el libro digital. 



Un viaje de los que uno recordará para siempre. 

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