210606 - Octavo dia en Palo Alto, y sin virgulillas ni acentos
Era un dia tranquilo en HighStick. La manana habia transcurrido con la normalidad que se esperaba. Joe Hidalgo mascaba chicle de jengibre en su oficina, esperando que algo pasase. Reuniones tecnicas le tenian concentrado, pero sabia que algo iba a ocurrir. Cuando se le ocurrio imprimir documentacion de su portatil antes de tiempo, no sabia cuanto echaria de menos haber imprimido mas.
El almuerzo en un italiano ayudo tanto a el como a sus companeros a olvidar ciertos "switches and routers" que tanto trabajo habian dado aqui y alli, pero sabia que algo habia de ocurrir ese día. Tras un paso por la librería de al lado de la oficina, donde cayeron otros dos libros (uno de regalo, y otro para mi colección), el día parecía seguir la rutina oficinista, con planes cinematográficos para terminar el día, cuando sucedió lo inesperado. Un mal pensado cambio del dominio del portátil al grupo de trabajo de la oficina implicó que cuando Joe Hidalgo "el hábil" volvió a entrar al ordenador, pedía un login/password local, en lugar del de dominio que utilizaba... información no disponible para Joe.
Empieza aquí una historia un tanto peculiar. El detective compañero de oficina de Joe, quizá sintiéndose algo responsable, se ofreció a llamar a un colega suyo, ex-compañero de la antigua empresa, para ver si lo podía solucionar. El colega le dijo que sí, pero que tenían que ir a donde estaba trabajando. Así que allí fueron los protagonistas de la historia, Rocio Loyal, High Way y Joe, cogiendo dos coches para la antigua oficina de High, donde pensaban que todo se solucionaría en un pis-pás. Pero no fue así... al llegar, se quedaron esperando en el párking... hasta que tras unos minutos de angustiosa espera, salió una persona de la oficina. No, no era el amigo, sino una chica asiática que se acercó a High y le dijo que le diese el portátil... esto empezó a sorprender a nuestros amigos... who's that girl? quién es esa chica? la-la-lala-lá? Seguimos esperando un rato, tras el cuál volvió a llegar la chica. Llevaba un escudo protector que impedía a High Way acercarse a ella, Joe pudo sacar una foto (bueno, quizá no exactamente una foto, pero Joe promete que era casi casi igual). La tensión aumentaba... ¿espionaje industrial? ¿miedo a que se descubriese su pluriempleo? ¿no dejan entrar a gente que lleve Toshibas? Tras un rato esperando, una llamada de la persona en cuestión les deja entrever que va para largo, así que nuestros personajes se van a una hamburguesería (la del anuncio de Paris Hilton) a matar el rato (quedaría mejor un solitario club donde ahogar las penas con un Bourbon, pero en fin...). Tras una larga espera, varias llamadas sin respuesta y alguna seca, vuelven al coche, a esperar en el párking otra vez. Ya quedan pocas luces en la oficina, el ambiente comienza a ser como el del Watergate en la peli de Redford y Hoffman. Al rato una nueva noticia. Ha sacado el disco duro, ha intentado password resetting, pero nada... unos interminables minutos después, sale de la oficina y le entrega el portátil a High Way... prueba no superada... habrá que recurrir a expertos españoles... ¿verdad Luis?
Mientras terminaba el día, con sus últimas conversaciones nocturnas, Joe intentó volver a la normalidad sin éxito... los papeles imprimidos por la mañana fueron un aviso...
Apunte final: ¿que me he pasado cuatro pueblos? ¿que no era para tanto? Pues quizá, pero teníais que habernos visto en el párking, y, segundo, ¿a que estábais en ascuas? :)
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