Buscando tu propio espacio en la aldea global, o cómo no tener problemas a medio plazo

Además de currar como un loco, tomar decisiones importantes y emprender ya los trámites finales de mi defensa de tesis doctoral, estoy aprovechando el trayecto de metro para leer el libro de Thomas Friedman, The World is Flat (El mundo es Plano). Aunque cuestionable desde un punto de vista social, creo, por mi experiencia en los últimos años, que da en el clavo con respecto a la necesidad absoluta de que nosotros, los "middle-class", nos planteemos muy en serio qué estamos haciendo en nuestros trabajos, qué sentido tiene en un contexto global, y hasta qué punto estamos en peligro de perderlo a medio, o incluso corto plazo. Hace varios años, cuando impartía clases en la universidad, ya "alerté" a mis alumnos sobre ello gracias a la lectura de un gran artículo de Sergio Vásquez Bronfman en Infonomia, y cuya versión completa podéis encontrar en el número de Marzo de 2004 de IF (antes me dieron permiso para publicarlo en mi web de la universidad, pero ya no existe). Sólo los trabajos eminentemente locales eran seguros en una economía global. Recomendaba a mis alumnos que, si querían tener una vida tranquila y sin agobios, que se hiciesen peluqueros, electricistas, fontaneros, o, ya que estaban en tercero, cuarto y quinto de ingeniería informática, que entendiesen que cada vez sería más complicado que encontrasen un trabajo de desarrollador puro (pues un indio salido de alguno de los mejores institutos tecnológicos de Indica podría hacer ese mismo trabajo, cuatro veces más barato) o de técnico de sistemas (pues el hosting estaría en China, a un precio 5 veces más bajo). Sin embargo, la persona técnica, con capacidades emocionales, y que conoce la cultura local, sí tiene posibilidades de mantener su trabajo, pues el cliente siempre (o casi siempre) necesita una "cara amiga, que me comprende y que sabe lo que significa tomar una cerveza o unas tapas". La respuesta de mis alumnos era clara: entonces, para qué estamos aprendiendo ingeniería del software, programación, redes de comunicaciones... si no vamos a hacer nada de esto? A lo que les respondía que estar delante del cliente requería una mezcla de capacidad de comunicación, empatía, etc., y una gran versatilidad técnica para ENTEDER y EXPLICAR lo que iba a ocurrir. Capacidades de comunicación para hablar con el equipo de desarrollo en India, y versatilidad técnica para ENTENDER y DEFENDER los diseños técnicos realizados allí. En fin, desgraciadamente para algunos de ellos, les estaba diciendo que meter la cabeza en el ordenador para tener a punto la práctica que el maldito profesor de sólo les permitiría llegar a la "línea base" de un buen profesional. El resto lo tendrían que poner ellos con pasión, ganas, y ver el mundo como algo más que un algoritmo.

Me ha alegrado ver que no estaba desencaminado. Y Friedman llega más lejos preguntándose cuáles son esas profesiones. Mi experiencia profesional siempre ha estado relacionado con algunas de las que se proponen en el libro: el "leverager", quien intenta y a veces consigue aumentar la productividad de los que tiene alrededor de una manera natural; el "passionate personalizer", poniendo la guinda en el típico pastel para hacerlo único (o cercano a serlo); el "adapter" y, lo que creo que he hecho mejor, aunque no sea lo que más me gusta, el "explainer". Me ha hecho pensar mucho el cómo algo que no me gusta de manera completa (me encanta preparar contenido, me apasiona el entender algo a la perfección para luego, dependiendo del público objetivo, adaptarlo, resumirlo, modificarlo, para que se comprenda lo mejor posible; sin embargo, la parte puramente docente no me atraía, al menos en un entorno académico. Hubo buenos momentos, pero los malos me pesaron más. Lo suficiente como para dejarlo hace dos años, después de más de 6 años consecutivos) puede, sin embargo, ser lo que, de manera objetiva (las opiniones de la gente que trabaja contigo, que te aguanta y soporta) es lo que parece que hago mejor. ¿Qué hacer en esas circunstancias? En estos últimos años, mi decisión ha sido clara: abandonarlo, dedicarme a lo que me atrae más: la investigación y desarrollo con un puntito de marketing y ventas aprovechando mi perfil. Pero sé que, aunque creo (espero) que no lo hago del todo mal, puedo pensar fácilmente en un puñado grande de personas que lo hacen mejor y de manera natural. No digo que no conozca a profesores y comunicadores mejores que yo, pero quizá lo que hacen no esté tan lejos de lo que, con menos recursos y experiencia, he conseguido realizar en algunas ocasiones. Claro, a lo mejor me pasa como cuando ves jugar a Magic Johnson... no parece tan difícil hasta que te pones a intentarlo...

Hoy me apetece terminar como esas entradas típicas de blog: ¿y vosotros, cuál creéis que es vuestro espacio en el futuro? ¿O pensáis que son chorradas?



Comments

Anonymous said…
Ya que hace mucho que no pones, voy a hacer el esfuerzo de ponerte un comentario, para satisfacer tu ego de blogger.
Sobre la especialización en el campo de la informática, es un paso más dentro de la evolución del hombre en un mundo de clases. La clase superior delega el trabajo sucio en la inferior. Antes era sólo los miembros de un tribu de cazadores nómadas, ahora con la globalización, los paises ricos se quitan el problema, los gastos, resuelven problemas ecologicos y quedán de puta madre, pero como siempre cargan a las clases inferiores de responsabilades y problemas a los que tal vez no estén preparados.
El futuro que me deparará a a mi todavía no está escrito, sobre porque está en la literatura. ;-)

Saluditos y perdona por el discurso comunista. Con más calma, incluso podría desarrollarlo, y con más tiempo, podía hasta tener razón:-)
Justo Hidalgo said…
Como hemos hablado esta tarde, creo que tu comentario es correcto, pero no completo. Por supuesto que las compañías y estados/naciones aprovechar estas desigualdades para sacar provecho, y así ha sido durante siglos. Sin embargo, creo que con respecto a generaciones pasadas, y en un ámbito restringido como es el de servicios, la oportunidad de las naciones y compañías más "retrasadas" de aprovecharse del conocimiento cada vez más compartido y global no tiene (a mi entender, y sin ser experto en historia ni antropología, como bien decías también esta tarde) precedente. Otra cosa es ver dónde está el dinero, que eso sí que creo que sigue donde siempre.
Gracias por compartir.

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