No pienses, actúa... casi siempre

Una muy interesante reflexión de Mario López de Ávila sobre optimizaciones de procesos en el día a día de la empresa. La búsqueda de una sensación de urgencia continua, y de empleados "correcaminos" es, sin duda, una buena manera de disminuir tiempos en los proyectos. Y es cierto que la productividad es algo, cuando menos, discutible en según qué mentalidades. Tras cada tarea, miremos unos videos de YouTube, escribamos unos correos personales, ... o mejor, DURANTE cada tarea, que lo de la capacidad de enfoque y concentración está pasado de moda ;)

Mi opinión es que conseguirlo exige una gestión del proyecto muy buena, y de unos empleados muy dirigidos y, por qué no decirlo, controlados y micro-gestionados, al menos en las primeras iteraciones de los proyectos, para que todos remen hacia el mismo lado. También exige un plan de formación muy bien definido, para que los empleados no utilicen sus tiempos muertos para mirar cosas que han discutido con sus pares durante la ejecución de alguna tarea concreta. Y, por supuesto, funciona perfectamente en una cultura vertical, en la que los empleados no tienen que preocuparse de tareas que exijan, quizá, un paso atrás para mirar, comparar y pensar en reorganizaciones, pequeñas mejoras, etc.

En resumen, estoy totalmente de acuerdo con esa cultura de urgencia en PROYECTOS CONCRETOS, pero me da un miedo atroz que alguien piense en proponerlo como cultura de empresa. Creo que es el primer paso en falso que permite que llegue otra empresa y te quite tu plato de sopa de la mesa.

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