No confundir el camino con la meta

Estar involucrado en una nueva empresa siempre es emocionante. Estar en una nueva empresa en la que los pasos iniciales dan los frutos esperados, o incluso más, es aún más impresionante. Pero siempre existe un riesgo, que es el equivocarse y pensar que esos pasos intermedios, esas apariciones en prensa, esos síntomas de interés por parte de mucha gente, significan más de lo que son: pasos críticos, imprescindibles para seguir avanzando, pero que no deben empañar o deformar la realidad: que no se ha conseguido nada.

Seth Godin lo expone claramente en este artículo, centrado en la obtención de financiación como medio, y no como fin. Y Diego Mariño (a quien tuve suerte de conocer en un evento de PrimerViernes), desde Externalidades, lo "clava", exponiendo el riesgo que se corre cuando tener una empresa se convierte en formar parte de un concurso de popularidad. Es importante, es crítico, en algunos casos es imprescindible... pero no significa nada si no se sigue avanzando. Una empresa, un emprendedor, ha de mantener una hoja de ruta clara, y la etapa "del pavo" es sólo una de las etapas.

No confundamos el camino con la meta, y todo nos irá bien, pase lo que pase.

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