He recuperado la canción de mi vida

Era el verano de 1989, unos días en casa de mis tíos, en Valencia. De esos que pasan despacio, sin prisa, y donde cuando no estaba con mis primos, el walkman se convertía en mi compañero inseparable. En ese verano, con apenas 15 años descubrí a Ramón Trecet y su programa de radio, su música y sus locuras; ya le conocía de su programa de baloncesto Cerca de las Estrellas, pero me sorprendió esta otra actividad, con unos gustos tan cercanos a los míos. Me grababa las canciones a priori y, si no me gustaban, las borraba rápidamente antes de que empezara la siguiente.

Una me enamoró nada más escucharla. Era un tema instrumental, a piano. Sencillo, repetitivo y pausado, pero mágico. No grabé el título, pero no me importaba, tenía la canción.

Pero perdí la cinta, casi inmediatamente. Y desde 1989, este tema ha estado en mi cabeza. Aprendí a tocarlo en el piano, y cada vez que le dedico unos minutos a esta pasión poco practicada, empiezo con este tema.

Hace unos días decidí que tenía que hacer algo, así que conecté mi piano al ordenador y grabé el tema en MP3. Mi plan, enviárselo a Trecet y pedirle que me dijese qué tema era. Esperaba que mi versión no se alejase demasiado del original y fuese reconocible.

Pero no ha hecho falta. Por azar encontré un post de una persona que mencionaba los tres compositores o grupos que más le gustaban de esa época de Trecet. Uno de esos compositores era Wim Mertens, que había compuesto la banda sonora de la película El Vientre del Arquitecto, una de esas que nunca he visto pero que siempre he querido ver. En 3 minutos había llegado a Spotify, y a uno de los primeros temas que aparecían en la lista: Close Cover.

He llorado de alegría. He recuperado la canción de mi vida, la que me ha acompañado durante 22 años, y la que lo seguirá haciendo lo que queda.

Soy feliz.





Comments

Juanjo Iglesias said…
Para mí no es que fuera la canción de mi vida pero si una de esas que siempre me gustó y que no tenía localizadas. ¡Muchas gracias!
Justo Hidalgo said…
Je je, pues un placer Juanjo :)