Critical Thinking - o cómo la filosofía todavía tiene un sitio relevante en nuestra sociedad


Hace unas semanas participé en la I Edición del curso de Critical Thinking organizado por el INPE e impartido por Equanima. Equanima es una empresa conformada por filósofos que buscan dar un sentido útil a la filosofía en empresas e instituciones. O, quizá diciéndolo de otra manera, buscan que la gente se de cuenta de que la filosofía tiene un papel relevante y práctico en nuestra sociedad actual, lo creamos o no. Llevaba siguendo por twitter a una de sus fundadoras, María Angeles Quesada, tras ver a una de sus colaboradoras dar una excelente charla TEDXMADRID en 2011. 


Ahora que se anuncia una II edición del curso, y tras algunas semanas en las que he podido analizar lo que allí nos contó María Ángeles y lo que avanzamos como grupo, me apetece comentar mis opiniones.

Qué es Critical Thinking
Aunque lo mejor es irse a la página web de la Critical Thinking Community, mi propia definición es que se trata de un conjunto de herramientas y procesos para aprender a pensar mejor. "Mejor" es un concepto muy complejo, pero la razón que me impulsó a apuntarme al curso fue el buscar un nuevo enfoque de mejora en mi pensamiento crítico. En una sociedad en la que podrías, como dice un compañero desde hace tiempo, llegar a tu oficina, sentarte y empezar a recibir 'marrones' durante todo el día, parece que no hay tiempo para pensar y reflexionar sobre lo que realmente es importante. No me refiero solo al ya manido 'importante versus urgente', sino a valorar en cada momento la relevancia de nuestras acciones e inquietudes. 

En Critical Thinking se busca esa reflexión sobre la pregunta que nos realizamos. Y elabora un relativamente complejo, aunque manejable, sistema de elementos de pensamiento, estándares intelectuales y características intelectuales. Estos componentes están relacionados. Los elementos de pensamiento son algo así como las piezas sobre las que construimos nuestro pensamiento. Los estándares definen la calidad de cada una de esas piezas, mientras que si hacemos bien nuestro trabajo pensador, obtendremos una serie de características o capacidades intelectuales que mejoran nuestro desempeño intelectual.




Dificultades y desafíos
Las dificultades fueron claras desde el principio, y no sólo para mi. Dedicar 3-4 horas a reflexionar y a pensar sobre el pensamiento es parecido a correr 10 kilómetros después de dos años de hamburguesas y coca cola. Es duro, cansado y extenuante. Además, el ritmo es diferente a lo que yo estoy acostumbrado: la búsqueda de la 'verdad' no tiene atajos, y no es fácil aceptarlo, al menos en mi caso.

La variedad del grupo es a la vez desafiante y de lo más interesante del curso. Gente diferente con procesos mentales diferentes al tuyo, lo cual provoca sorpresas y sobre todo mucho aprendizaje. De hecho, el poner sobre la mesa mi propio proceso intelectual, aprendí mucho sobre cómo pienso y cuales son mis propias bases (por ejemplo, y como bien se dio cuenta Maria Angeles, tiendo a buscar gradaciones, niveles, como solución a la mayoría de mis problemas. No es bueno ni malo, pero es importante saber que tiendo a realizar esta búsqueda de umbrales, puertas o categorías). 



Apertura de puertas
Después de las agujetas viene la mejora, el empezar a disfrutar el correr por las calles, los sprints y las subidas... en definitiva, comprender que el cansancio o agotamiento es parte del proceso que nos lleva a la mejora física o a terminar la carrera. Esa apertura de mente es también lo que ocurre en el curso. Tras tres días de mucho trabajo mental (y en mi caso, un bloqueo importante el segundo día al no entender uno de los elementos), poco a poco se va entendiendo el verdadero valor de este tipo de marcos. El análisis profundo de los problemas de nuestro día a día, la obligación a repensarlos y describirlos con otras palabras y desde otros puntos de vista nos descubren verdades ocultas que muchas veces nos fuerza a cambiar el problema completamente. 


"Soy de mentalidad ingenieril, esto no es para mí"
Sí es para ti, seguramente. Y lo es porque muchos de los puntos vistos en el curso solapaban con temas en los que llevo años trabajando relacionados con la resolución de problemas de manera creativa. La frase con la que llevo años aburriendo hasta la saciedad a mis alumnos es que, tal y como aprendí de mi profesor Eugene Shteyn, hay que encontrar problemas "que merezcan la pena ser resueltos". Critical Thinking dedica mucho tiempo a que ese problema esté bien construido y sea relevante intelectualmente.


Conclusión
Critical Thinking no es una app que resuelve problemas. No va a cambiar tu vida de un día para otro. Es una actitud, y una manera de volver a estándares filosóficos muy perdidos para la mayoría de nosotros. 

El curso de Equanima no es para todo el mundo, pero es para muchas más personas de las que podemos imaginar en principio. 

Han pasado semanas, y sigo dándole vueltas a lo que allí se trató. Yo ya estoy esperando el curso avanzado ;)

Disclaimer: no tengo ninguna relación profesional ni personal con Equanima. Sencillamente me apetecía hablar sobre esta experiencia.

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