Héroes alejándose


Las primeras palabras de este post se escribieron hace años, unas horas después del anuncio del fallecimiento de Prince Rogers Nelson, Prince. Y, de manera similar siguieron con el también fallecimiento de David Bowie. Mis héroes se estaban alejando.

Tengo la edad en la que mis faros cuando empecé a tener uso de razón, cuando la adolescencia me empujaba a buscar mi sitio en el mundo, y cuando la juventud asentaba mis ideales y gustos, se están yendo.

Creo que mi primer héroe desaparecido fue Álvaro, mi profesor de inglés de primero de BUP (lo que ahora seria tercero de la ESO). Una persona a la que conocí poco pues se fue ese mismo curso aquejado de un cáncer, pero que convirtió las aburridas clases de ingles en una reunión de amigos donde se hablaba de los Beatles, Dire Straits, la ceremonia de los Óscar y otros temas que realmente nos interesaban. Aquel alumno de dieces pero tímido hasta niveles exagerados sacaba fuerzas de flaqueza para, en un inglés malísimo, contar cómo se quedó la noche anterior sin dormir para ver cómo le daban el Óscar a Dustin Hoffman por Rainman. Su paga de la semana anterior se iba en comprar el Fotogramas en el quiosco para buscar alguna buena frase y tenerla traducida a spanglish antes de que empezara la clase.Y de paso, para descubrir a Michelle Pfeiffer.

Mi segundo héroe fue el profesor de literatura de segundo de BUP. El señor Pais fue un incomprendido por la mayor parte de nosotros, alumnos acostumbrados a que nos dijesen lo que estudiar, pero no a que nosotros decidiésemos cómo aprenderlo. Es lo que él hizo. No fue un héroe a primera vista. Me costó algunos años darme cuenta de lo que había intentado, y lo importante que fue para mí esa frustración por no saber lo que realmente quería de nosotros.

Colin Grindley, profesor de ingles en Nebrija, compañero y amigo, es otro héroe desaparecido. Con su mal español tras años en Madrid, su experiencia vital, de MBA en Trinity y ejecutivo a profesor de ingles y de técnicas de creatividad. Un enamorado del teatro que impartió una clase de pensamiento lateral a mis alumnos de Ingenieria del a Software que todavía recuerdo ensimismado. Incluso, como El Cid, me dio una lección después de su fallecimiento al asistir a su funeral. Ver y escuchar lo que la gente decía de Colin me hizo volver a casa con una sensación de tranquilidad que tampoco olvidaré.

Prince fue otro. Yo no soy de idolatrar a estrellas mediáticas. Pero Prince llega a mí cuando mi infancia comienza a dar paso a la adolescencia, cuando los amigos se convierten en hermanos, y cuando la música pasa de ser eso que se pone de vez en cuando en casa o la voz de mi madre por las mañanas, a la guia vital que define casi totalmente a la persona. Y, claro, yo decidí ser raro. Cuando muchos amigos escuchaban a U2 o Dire Straits, yo decido enamorarme de Kate Bush, y tragarme el programa de Telemadrid que una o dos veces a la semana, no recuerdo bien, enseñaba actuaciones y vídeos de la escena musical británica. Luego volví al pop mas comercial, pero también en modo friki. En una clase del arriba mencionado profesor de inglés donde cada uno votaba a su grupo favorito, solo hubo uno a Eighth Wonder: el mío. Quizá estaba votando más a Patsy Kensit que otra cosa, pero aún así.

Y aparece Prince. Un comentario en un telediario sobre el éxito de Purple Rain, la película. Unas imágenes de la actuación final que me llaman muchísimo la atención. Y el locutor diciendo que es el gran competidor de Michael Jackson como estrella del pop. Yo, que venía de gastar la cinta de Thriller de tanto escucharla, tenía que saber quién era este tío.
Me flipo con el disco. El tema principal, por supuesto. When Doves Cry, una canción inmortal.
Y este tío me alucina con Sign o' the times. Con Starfish and Coffee, con It, con The Cross. Un disco que además escucho mientras paso mi año académico en Ohio, y me sustenta en momentos complicados y duros para mi. Lovesexy. Me grabo de la radio un concierto en directo de aquella gira, con Sheila E en la percusión o la increíble Cat (para aquel adolescente tímido, recordemos). Qué sonido, qué puesta en escena, ...
Y aunque luego su evolución me aturde un poco, y no me llega tanto como antes, siempre encuentro alguna joya.
No menciono las influencias. Wendy and Lisa. O el Primetime de Janelle Monae. Joyas. Héroes. 

No sé si tengo mas héroes. Siempre he echado de menos tener mentores que me hubiesen ayudado. Creo que exceptuando a Eugene Shteyn en el campo de la creatividad, no los he tenido, aunque tampoco los he buscado. He tenido sin duda personas cerca de mí que me han enseñado mucho y que me han hecho mejorar como persona y como profesional. Pero hay un punto más, personas que de una manera u otra te hacen ver el camino que ha de seguir tu vida. 

No sé si tengo mas héroes. Pero, porque la vida es así de injusta, si los tengo solo me daré cuenta cuando los pierda. Como Álvaro, el señor Pais, Colin o Prince.

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