El guión de Talenta Mundi - Introversión


Desde finales del 2017 y durante todo el 2018 tuve la gran suerte de colaborar en el programa de Jesús García, Talenta Mundi. Ya hablé de ese programa aquí. Voy a ir publicando aquí los guiones de esos programas junto con el enlace al audio.



“Si quieres avanzar en esta empresa, tienes que hablar más”. “Si te llevé a esta reunión no era para que estuvieses callado”. “Si la verdad es que lo haces todo muy bien, pero te falta entusiasmo”. 
Si os suenan algunas de estas frases, es probable que seais, o hayais estado cerca de un introvertido. En la empresa siempre se ha dado por hecho que “el mundo es para los extrovertidos”. Tiene sentido, ¿verdad? Liderar significa hablar con tus empleados, con tus clientes, ir a eventos, dar charlas, estar al teléfono constantemente…
Parece que tenemos una serie de muros a derribar, tal y como nos narra Jennifer Kahnweiler, autora del libro Quiet Influence, y también Michaela Chung, autora de “The irresistible introvert”. Muros que aparentemente son siempre positivos, como el foco que se pone en el EQUIPO. Pero esta continua exposición es lo que deja sin energía a los introvertidos, que prefieren trabajar solos. ¿Cómo resolvemos este dilema? 

También damos mucho valor al hecho de hablar de ideas y consecución de objetivos. Llevado al extremo, esto permite que las personas más extrovertidas desarrollen su marca personal con más facilidad. Es también obvio (y hasta cierto punto comprensible) que existe presión para aparentar ser un extrovertido. Tienes que ser animado, verbalizarlo todo, y si no lo haces te conviertes en “la alegría de la huerta”. 
En entornos rápidos y con alta competencia como en los que nos encontramos actualmente, parece evidente que necesitamos tomar decisiones rápidas. A nuestros líderes se les critica más por no tomar decisiones que por tomar las decisiones erróneas. Siempre se puede pivotar, modificar el rumbo, etc. Esto sin embargo es lo contrario de lo que un introvertido hace bien. Prefiere sopesar todos los puntos de vista y ver la foto cuidadosamente. 
Pero quizá el muro más frustrante para un introvertido es el que ocurre cuando es interrumpido. Un introvertido tenderá a hablar despacio, tomarse su tiempo, … algo que puede ser aprovechado por otros para interrumpir. Algo que es habitual en otros contextos, pero que en el profesional impide que el introvertido pueda explicar sus puntos de vista adecuadamente.
Este muro es parecido al que menciona Radiohead en su obra Creep. Anhelamos, pero no conseguimos porque tenemos etiquetas que nos limitan.
 
Sin embargo, esto está cambiando. Cada vez se conocen más introvertidos que tienen papeles relevantes en nuestra sociedad: Einstein, Tim Cook, Lincoln, Roosevelt, o, bueno, sí, Kim Kardashian!  Personas que desde su liderazgo tranquilo, en el que los silencios también tienen sentido, gestionan empresas, realizan hallazgos asombrosos o incluso se convierten en símbolos mundiales.
En el anteriormente mencionado libro Quiet Influence se definen tres tendencias que hacen que los introvertidos estén cambiando su rol organizativo: La primera es que las organizaciones son cada vez más planas. Tanto en las pequeñas startups como en las grandes corporates, las jerarquías son cada vez más difusas. Eso obliga a que cualquier persona tenga que interactuar con más gente en su día a día y que se nos pida que vocalicemos nuestras ideas. La segunda tendencia es la globalización. La introversión puede ser muy útil al tratar ciertas culturas, por lo que algunas organizaciones empiezan a verlo como una herramienta efectiva.  Por último, la virtualización. Existen muchas herramientas que permiten que las personas introvertidas puedan, en diferentes niveles, exponer sus ideas sin la exposición “física” a la que estamos acostumbrados. Las redes sociales, por otra parte, pueden aumentar la exposición “pública”.
La propia literatura nos está “enseñando” la relevancia de los introvertidos. La interesantísima “Deja escapar a los lobos” de Carol Rifka Brunt, nos narra cómo la muerte del tío de June, su único y verdadero refugio en el mundo, cambia su vida para siempre. O “La vida escondida entre los libros”, que nos cuenta la historia de Loveday, que prefiere a los libros antes que a las personas hasta que alguien del pasado le envía un mensaje que le obliga a plantearse cambios en su vida, pero manteniendo ese amor irredento por los libros. 

En general, y como nos narra de manera apabullante Leslie Jamison en su totalmente recomendable “El anzuelo del diablo”, quizá es que todos estamos buscando nuestro sitio en el mundo. Algunos a través de las relaciones, otros a través del esfuerzo, del foco, otros incluso del dolor. 

Hemos estado escuchando temas relacionados con la introversión. Pero quería terminar con un artista que parece que era muy introvertido aunque parezca mentira: David Bowie, de quien algunos especialistas dicen que creó a Ziggy Stardust para convertirse en otra persona en el escenario. Personalmente, creo que solo un genio como Bowie podría, en los meses previos a su muerte, componer obras tan increíblemente profundas e introspectivas como No Plan, donde se encuentra con su destino cercano con una lucidez que nos deja sin palabras. 


Photo by Hadis Safari on Unsplash

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